El desafío
En mi cabeza tengo 3 o 4 recuerdos que me inspiraron a meterme en informática.
El primero es estar en el trabajo de mi papá (Pedro Márquez, quien en ese momento trabajaba en el Consejo General de Educación de Salta) Por esa altura tenía unos 7 u 8 años y me sentaron en una máquina con un monitor monocromático verde, con un editor de texto “para jugar”. No pasó mucho tiempo que me embolé de escribir, y leyendo la pantalla logré salir del programa y acceder a otros.